jueves, 24 de abril de 2014

¡Eh! ¡Qué soy de la ESAPA!

No llevo ni un curso en la ESAPA y ya me siento como en casa. Al principio vine con miedo por lo de siempre: no conoces a nadie, es una ciudad nueva, tienes que integrarte, ves que todos se conocen… Pero luego llegas y te das cuenta que hay muchos que están como tú, y entonces todas esas preocupaciones desaparecen. 

Esta escuela me aporta muchas cosas buenas, aunque he de decir que también muchos agobios, ya que se ponen como locos mandando cosas. Que tampoco me voy a quejar, porque yo soy muy de dejarlo todo para el final, pero la verdad que a pesar de eso, disfruto haciendo los proyectos. Son cosas que nunca hice, y que me han ayudado a perder el miedo a mostrar mis creaciones (más que nada porque o lo haces o suspendes). Esto me ha llevado a hacer trabajos de los que estoy muy orgullosa.

El cartel que se muestra a continuación, tiene un valor personal importante, ya que el niño es mi primo. Este trabajo fue para dibujo, donde nos mandaron un proyecto en el que nos exigían la creación de un cartel para un festival de música ficticio de Berlín.


Máscara del niño


Acabado



Otro trabajo que me gustó mucho fue para tipografía. Consistía en el diseño de cartas o mantelitos para un restaurante. Aquí os dejo mi favorita, que aunque no os lo creáis, está influenciada por la estética del Niemeyer y los colores de las tipografías que se emplean en las películas de Tarantino.




Seguiría poniendo más trabajos pero así tengo una excusa para hacer más entradas sobre el tema. De verdad que os animo a que vengáis a la ESAPA porque ¡no os vais a arrepentir!




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